La lluvia caía silenciosa en la pequeña ciudad azotada por los rayos, había tormenta.
Los rayos formaban extrañas sombras en las fachadas de los edificios, Lin empezaba a creer que no había escogido un buen día para lo que se disponía a hacer, pero, ¿Acaso existía un momento adecuado para algo así? El rugido de los truenos era ensordecedor, las sombras en la noche, aterradoras, estaba asustado. Ya estaba en el ruinoso y abandonado edificio que había fijado como punto de destino, lo contempló unos segundos desde el exterior, pero la fuerte lluvia y la oscuridad de la noche le impedían verlo con claridad, no importaba, conocía cada recoveco de ese lugar. Pensó que era irónico que fuese justo allí, pero había ya tantas ironías en su vida…
Subió las escaleras lentamente, no tenía prisa. La luz de los rayos se colaba por las ventanas rotas y, aunque en otras condiciones probablemente habría tenido miedo y vuelto corriendo a casa, ya había tomado una decisión.
Su mirada vagaba por el derruido lugar, muchos recuerdos acudieron a su mente, de niño había jugado mucho allí, otros tiempos, otras preocupaciones, su vida transcurría tranquila y sin problemas por aquel entonces.
Silencio. Se paró, le había parecido oír algo. Probablemente no fuera nada, siguió avanzando.
Durante su ascensión vislumbraba de cuando en cuando la ciudad que le había visto crecer, se preguntó cuantos cientos de cosas estaban pasando allí, cuantas tragedias y cuantas alegrias estarían viviendo sus ciudadanos, todo cuanto en una pequeña, mediana o gran ciudad, podía ocurrir.
Estaba en la azotea. Delante suyo, el juramento que había hecho hacía ya un año, un año en el que todo se estropeó, debajo de este, el juramento que le había hecho a un amigo años atrás, todo parecía muy lejano e inocente. De golpe, los trágicos sucesos de las últimas semanas acudieron a su mente clavándosele como el primer día, calló al suelo mientras las lágrimas fluían por su cara, confundiéndose con la lluvía, ¿Qué había hecho? ¿En qué había estado pensando todo ese tiempo? Su espalda volvía a sangrar, pero aún no era suficiente, aún no había pagado. Podía ver la calle, 6 pisos más abajo, sólo necesitaba un ligero empujón, algo que lo impulsara al vacío, pero estaba solo, completamente solo y solo tenía 15 años, no entendía por que él tenía que tomar esas decisiones y sobrellevar una carga como aquella, no era justo, o bueno, tal vez sí.
Calló un rayo, el trueno hizo temblar todo, incluido él, dándole el empujón que necesitaba. Mientras se precepitaba oyó un grito y un crujido, pero la lluvía confundía los sonidos, también creyó ver una figura de pelo largo asomarse por la azotea, pero realmente, ya nada importaba, había pagado.
Se despertó con el rostro perlado por el sudor, habían pasado ya dos años,¿Le iba a perseguir eternamente? A su lado, una mirada preocupada. Lo superaría.
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^^
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