domingo, 31 de octubre de 2010

It was easy to learn, hard to forget and impossible to forgive

Estaba tocando el piano, sus ancianos dedos, torcidos ya por la costumbre, recorrían el instrumento libres de errores. Mientras cerraba los ojos creía ser capaz de sentir como otra mano acompañaba a la suya en única armonía, esto le hacía esbozar una tonta sonrisa de complacencia, pero al abrirlos, su rostro se volvía melancólico, al volver a cerrarlos, creía sentía su presencia, las promesas de una larga vida se tornaban en palpables, su cálido aliento acariciaba su cara una vez más, era volver en el tiempo. Gritaba en silencio se quedara, mas en silencio el espejismo le dejaba. No era capaz de dejar de tocar aquella melodía, que no hacía más que atormentarle, devolverle a un pseudo-pasado, a vivir una vida que se perdió, junto a la persona que amó.

Por eso, escribió aquello, aquello de que nunca puedes dejar lo que quieres irse sea lo que sea, de la forma que sea, por que entonces, quizá la vida no sea vida y no merezca la pena como tal. Lo escrito inundaba las paredes del teatro y, a su percepción, música y letras se unían en la mente formando otro concepto, algo diferente para lo que no existe acepción y que esta por encima del conocimiento humano.

1 comentario:

  1. um... me recuerda a algo que algun dia vi en algun sitio... pero no consigo acordarme de donde...
    um... has quitado la imagen de "siempre hay esperanza"... con lo que molaba ^^

    sigue escribiendo :)

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