miércoles, 21 de agosto de 2013

¿Recuerdas el día que te olvidé?


Lluvia. Sonido de lluvia golpeando sin descanso el techo de metacrilato y las desnudas paredes. La oscuridad era insondable, faltaban aún algunas horas para que amaneciese como indicaba el reloj de su pared. Las 5:55. No necesitaba ninguna luz para conocer la posición de las agujas del artefacto que, durante los últimos meses, había decorado la cabecera de su cama.

Se volteó sobre sí mismo y adquirió una posición fetal. Hacía frío.


Con un suave ronroneo las turbinas que generaban electricidad para el pueblo empezaron a girar. Respiró tranquilo, ese sonido llevaba despertándole desde que tenía memoria...

¿Recuerdas el día que te olvidé?
Bueno, yo tampoco.