viernes, 18 de mayo de 2012

Creer que si no eres parte del problema lo eres de la solución

Aquella charca era una charca cualquiera, con grandes pretensiones, sí, pero una más al fin y al cabo. El cielo no había dejado de reflejarse, cerúleo en sus cristalinas aguas, hasta el momento en el que, como es natural, las cosas cambian.

 El fondo, otrora diáfano, se había vuelto turbio y las múltiples ondas que alteraban la superficie del agua se habían desplazado son concierto alguno conllevando así una pérdida de agua. Hacía apenas tres estaciones que los acontecimientos habían tomado un giro inesperado y ahora, al son de los acordes de una guitarra por el día y un piano en la playa había aparecido otro bajo fondo.


  “Es como si alguien te diera uno de esos rompecabezas, un acertijo en el que descubres que cuando parece que tienes la respuesta, has de dar marcha atrás.”

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