— ¡Grita! Todo es un caos. — ¡Salta! Lo mejor esta por llegar.
Caminas por la playa al anochecer de un cálido día de verano y al momento estas tirado en la hierba disfrutando de la primavera al atardecer. El viento recorre esas calles que se van llenando, los lugares de siempre permanecen intactos, como una vieja fotografía a la que sacudes el polvo. La luz baña la avenida de las estatuas y revela lo que ocurrió en la eterna madrugada de oscuridad. No hay gritos, no hay color, solo un sórdido silencio que atraviesa al músculo que latió.
—Despiértalo.
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